Misas Dominicales
del M. Iltre. Sr. Cango. Mons. Efraín Hernández Díaz
Vicario Episcopal de Guadalupe y Rector del Santuario
NOVIEMBRE 2023
Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, 26 noviembre de 2023

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XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, 19 noviembre de 2023

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XXXII Domingo del Tiempo Ordinario, 12 noviembre de 2023

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XXXI Domingo del Tiempo Ordinario, 5 noviembre de 2023

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OCTUBRE 2023
XXX Domingo del Tiempo Ordinario, 29 octubre de 2023

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XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, 22 octubre de 2023

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XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario, 15 octubre de 2023

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XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, 8 octubre de 2023

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XXVI Domingo del Tiempo Ordinario, 1° octubre de 2023

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SEPTIEMBRE 2023
XXV Domingo del Tiempo Ordinario, 24 septiembre de 2023

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XXIV Domingo del Tiempo Ordinario, 17 septiembre de 2023

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XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, 10 septiembre de 2023

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XXII Domingo del Tiempo Ordinario, 3 septiembre de 2023

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Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
El evangelio que leemos hoy queridos hermanos y hermanas, está muy unido al que leímos el domingo pasado, en el cual los discípulos reconocieron a Jesús como Mesías e Hijo de Dios vivo…
Como reflexionábamos hace ocho días, la confesión de fe de Simón Pedro, así como cualquier declaración personal que define una relación, tiene sus consecuencias y por ello, Jesús de inmediato definió en que consistía su Mesianismo, a saber, lo escuchamos el día de hoy, subir a Jerusalén, sufrir mucho a mano de las autoridades, morir y resucitar al tercer día.
De ninguna manera alguno de los discípulos tenía el derecho de definir o de dirigir a Jesús sobre como debería ser el Mesías, Simón Pedro lo intentó y vaya, recibió una merecida corrección, porque el camino del Mesías es designio de Dios, no un designio de los hombres; Pedro pensaba y reaccionaba como los hombres, Jesús, Mesías e Hijo de Dios vivo, piensa y actúa como Dios mismo.
Aquí quisiera hacer una breve pausa para reflexionar sobre una gran tentación en nuestros días, porque no son pocas las personas católicas o al menos que dicen que son católicos que pretenden imponerle a Dios los criterios de este mundo; es que lo que afirma la iglesia católica ya está pasado de moda, ya tenemos que actualizarnos… Si lo dijo Jesús, si lo dice Dios, ¡cuidado! podemos estar comportándonos como Simón Pedro; que le queremos corregir la plana a Jesús.
Tengámoslo por seguro hermanos, este mundo no piensa en los parámetros que Dios tiene, este mundo piensa tan solo en parámetros y criterios humanos, y como tales, en no pocas ocasiones bastante mezquinos. Muchos cristianos que han abandonado su práctica religiosa, se adhieren a los poderes, se adhieren a las energías impersonales de este mundo y con este modo de obrar consciente e inconscientemente pretenden tomarse así mismos como criterio y medida de todas las cosas.
Se hacen Diocesitos a su propia medida, para su propio provecho, para sus propias intenciones; todas estas formas de reaccionar son comparables a las de Simón Pedro, ciertamente, Jesús no tardó en llamarlos satanás, es decir, el que se opone a Dios y acusarlo de pretender hacerlo tropezar, no me hagas tropezar.
Regresando al evangelio del día de hoy, cuando Jesús aceptó la confesión de fe, de los suyos, también asumió la responsabilidad de mostrarles el camino, muy bien… yo soy el Mesías, yo soy el Hijo de Dios vivo ¡ah! pues entonces no solamente les voy a definir como es el Mesías (ir a Jerusalén, morir y resucitar al tercer día), sino también les voy a indicar a ustedes los seguidores, cual es el camino.
Jesús asume también esa responsabilidad, pues ellos son seguidores del Mesías y del Hijo de Dios vivo; lo primero es negarse a si mismos, tomar la cruz e ir dinámicamente tras Jesús; pretender salvarse a sí mismo o ganar el mundo, es una empresa o causa perdida, así lo ve Jesús, así lo expresa Jesús el día de hoy en el evangelio.
Pero para que podamos entender el alcance de estas directrices, es importante mantener nosotros la vista fija en el mismo horizonte que Jesús expresó, a propósito de si mismo. Jesús no dijo solamente que iba a morir en Jerusalén ¡no! Jesús dijo: “Me quitarán la vida, pero resucitaré al tercer día”.
Entonces nosotros también debemos poner nuestra vista en esa frase, que nosotros los discípulos del Señor no fijemos la mirada en cosas de este mundo, en realidad es puramente terrenales, al contrario, pongamos la vista en resucitar con Cristo, así como Cristo resucitó al tercer día, así nosotros también tenemos la vista fija en resucitar al tercer día.
Nadie por mucho que se esfuerce podrá quedarse indefinidamente en este mundo, todos tenemos que morir, pero ese no es el horizonte más importante, el horizonte más importante es que vamos a la vida eterna y ahí es donde dice Jesús: “Para que ganas todo en este mundo, no te vas a quedar aquí, para que te estás esforzando tanto en ganarte a ti ismo ¡no! el horizonte es la resurrección, la vida eterna.
Así pues, hermanos, el Señor nos invita a vivir gestando en nosotros mismos día con día, con la cruz de cada día, con el seguimiento dinámico de Jesús cada día, la vida eterna.
Amén.
AGOSTO 2023
XXI Domingo del Tiempo Ordinario, 27 agosto de 2023

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XX Domingo del Tiempo Ordinario, 20 agosto de 2023

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Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
Este domingo hermanos y hermanas escuchamos uno de los rarísimos pasajes en que Jesús no le hace caso a alguien que lo necesitaba, es tan extraño, que los mismos discípulos le hacen notar y se incomodan. Jesús siempre hacía caso pero aquí en el pasaje que leemos había una razón, Él estaba muy claramente orientado a llamar, a traer y a servir a las ovejas perdidas de la casa de Jacob; sin embargo el resultado de ese encuentro es el mismo que en algunas otras ocasiones… Jesús a pesar de que no le hacía caso al principio, acaba uniéndose profundamente y totalmente a la fe de aquella mujer y a partir de ese momento, sanó su hija.
No es ninguna novedad que Dios esté atento a las necesidades de todo ser humano, como lo vemos en la primera lectura proveniente del libro de Isaías. Dios, desde el Antiguo Testamento, dispuso lugares, personas y tiempos para manifestar su bondad. Ahora bien, es necesario que consideremos algo, no basta con acercarse a Dios con mucha fe y pedirle cualquier cosa.
Nuestro buen Padre Dios sabe lo que nos conviene y normalmente nos da cosas y situaciones que superan nuestras expectativas; así lo vemos en la segunda lectura en la que san Pablo constató que Dios había ofrecido la salvación tanto a Judíos como a paganos sin ninguna distinción ni reparo, y esto resultó inesperado para muchos.
Así también sucedió al paralítico que estaba sentado junto a la puerta del Templo cuando pasaron los discípulos Pedro y Juan, el hombre esperaba recibir una moneda, en cambio recibió la salud en nombre del Señor Jesús… Si en ocasiones pareciera que Dios no nos hace caso, y no nos proporciona lo que le pedimos, es importante pensar que Él tiene una buena razón para no escucharnos o para retrasar el cumplimiento; porque Dios conoce mucho mejor que nosotros aquello que necesitamos para crecer y madurar.
Pensar que Dios es el encargado de mi bienestar, entendido como pasarla bien y no tener ninguna contrariedad en mi vida sería erróneo. Dios es quien me propone lo que más necesito para vivir plenamente; muchas veces, para crecer, es necesario pasar por pérdidas y problemas.
No cometamos el error de enojarnos y distanciarnos de Él por el simple hecho de que no ha cumplido este o aquel otro capricho, acerquémonos, más bien, como aquella mujer fenicia, anhelantes y perseverantes de ser escuchados y de recibir la misericordia de Dios, sea cual fuere su modo de presentarse.
Amén.
XIX Domingo del Tiempo Ordinario, 13 agosto de 2023

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Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
La mayor parte de signos extraordinarios que realizó nuestro Señor Jesucristo, hermanos y hermanas, fueron acciones maravillosas que aportaban una sanación o una liberación del maligno. Pero hay unos pocos milagros que no se dirigen directamente sobre personas, sino sobre fuerzas cósmicas. El relato de hoy nos presenta tres signos milagrosos que tienen esta característica, estos son: a Jesús caminando sobre las aguas, a Jesús haciendo a Pedro caminar sobre las aguas y el calmar la tempestad.
El resultado de estas acciones es que sus discípulos reconocieron, “en verdad eres hijo de Dios”. En el primer relato de la Biblia cuando se nos narra la creación de todas las cosas el autor sagrado nos dice que el espíritu de Dios aleteaba por encima de las aguas. En ese relato, las aguas están en paralelismo con el caos, la confusión, la oscuridad y el abismo. En nuestro evangelio de hoy todas estas características están presentes, pues los discípulos trataban de navegar en medio de la noche, en un mar embravecido y con viento contrario. Por otra parte aparece el Señor Jesús que va por encima de este caos y no es afectado por él. Al principio los discípulos son incapaces de comprender cómo alguien puede hacer aquello y lo interpretan como un fantasma. Pero Jesús les pide que no tengan miedo pues era Él. Así nos surge la pregunta ¿Quién es este a quien el caos no le afecta? La petición de Pedro aumenta la tensión, pues pone una condición: “si en verdad eres tú”.
Jesús acepta la petición y le ordena a Simón Pedro que viniera caminando hacia él. Es aquí donde se manifiesta la integridad del Señor y la incapacidad del discípulo. Jesús es capaz no solamente de mantenerse en pie sobre las aguas tormentosas, sino también de salvar a Pedro que se hundía. El autor sagrado nos enfoca totalmente en la correcta interpretación de la falla del discípulo, este no ha sido capaz de permanecer sobre las aguas porque flqueó en su fe. Pero, el evento revelador de la identidad de Jesús, tiene éxito. Los discípulos reconocieron una vez que ocurrieron todas las señales, que estaban de verdad en presencia del Hijo de Dios. Si Jesús había predicado por un buen tiempo que el Reino de Dios ya se encontraba cerca, su presencia en medio de las aguas embravecidas, era la comprobación de este anuncio. Aquellos pescadores en peligro no serían dejados solos en medio de la tormenta.
La presencia del Hijo de Dios estaba garantizada, a ellos tocaba permanecer en la fe, aún ante la fuerza del viento que les era contrario.
Fiesta de la Transfiguración del Señor, 6 agosto de 2023

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JULIO 2023
XVII Domingo Ordinario, 30 julio de 2023

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XVI Domingo Ordinario, 23 julio de 2023

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XV Domingo Ordinario, 16 julio de 2023

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XIV Domingo Ordinario, 10 julio de 2023

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Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
En este domingo 14 del tiempo ordinario continuamos leyendo el evangelio según San Mateo, ya no en el discurso de envío, sino en una sección narrativa en la cual después de un tiempo ya de haber visitado muchos pueblos en Galilea, Jesús se percata de que, a pesar de haber predicado, a pesar de haber realizado milagros en varias poblaciones, las poblaciones en conjunto, en bloque, no se convertían.
Sobre todo un poquito antes de lo que leemos el día de hoy, Jesús le llama la atención a Cafarnaúm, si en otra ciudades y en otros pueblos se hubieran realizado las señales milagrosas que se realizaron en ti, se hubieran convertido ¿qué crees, que vas a ser encumbrada? ¡no!, vas a hacer lanzada al abismo.
Jesús se percata, la predicación del evangelio de esta buena noticia, no genera conversiones en bloque, en cambio, lo que si nos dice el día de hoy el texto evangélico es de otra cosa que si se dio cuenta el Señor; de que, entre las poblaciones, de entre la gente que se encontraban en Cafarnaúm, en Corazaín, en Betsaida, las ciudades del entorno, en Caná; había gente que si percibía que en Jesús estaba obrando Dios, glorificaban a Dios y seguían a Jesús.
Creían en la buena noticia de la salvación, ¿quiénes son estas personas? hoy Jesús nos lo presenta a manera de oración “Te doy gracias Padre, porque te has revelado, has dado a conocer estas cosas, a los humildes y sencillos”, son las personas que se abren a la predicación del Señor Jesús, a las obras milagrosas que realizaba como una forma de autorizar, de decir no solamente hablo, sino también hago obras.
En cambio, hay otros grupos que Jesús se percata, no están atentos y en su oración dice “Te doy gracias Padre porque has ocultado estas cosas, a los sabios y entendidos”. San Pablo en su carta a los corintios, hace una reflexión muy parecida a lo que escuchamos el día de hoy, en labios de Jesús, en sus primeros capítulos de la primera carta a los corintios, San Pablo se da cuenta de que ciertamente la sabiduría de Dios no coincide, no es la misma que la sabiduría de los sabios de este mundo; no es la misma, la sabiduría de Dios supera por mucho, pero se manifiesta, de formas inesperadas, inexplicables, incluso lo dice San Pablo “necias”.
De las cuales, la gente se podría burlar y decir … ¿Tu crees en esas cosas?, ¡no es cierto!, ¿Por qué? porque Dios escogió la cruz como la manifestación de su sabiduría. Para los griegos necedad, para los hebreos, “escandalo” así lo dice San Pablo, entre ustedes hay mucha gente muy importante, no están los principales de corintio, ¡no están! ¿Por qué? porque la sabiduría de Dios no coincide con la de los sabios de este mundo.
San Pablo constata… Dios escogió lo bajo, lo necio de este mundo para confundir a los que se tienen por sabios y según nos lo dice el Señor en el evangelio de hoy, es voluntad de Dios Padre, dar a conocer a su hijo, es voluntad del hijo revelar al Padre, pero no en todos se da esa conexión, no a todos llega esa revelación, yo diría principalmente porque no hay la disposición para eso.
Ya desde la antiguo testamento los profetas habían constatado que las personas de condición social pobre y humilde suelen estar mejor dispuestos para aceptar la palabra de Dios; por ejemplo, a Amos se le opuso el sacerdote principal, el sacerdote en jefe del santuario de Betel y bueno, por que conservamos nosotros el mensaje de Amos, si la templo lo despidió, porque hubo gente que lo escuchó, gente sencilla que a lo mejor no sabemos ni como se llama, pero ellos, escucharon también al profeta y dijeron esta es palabra de Dios, esto hay que guardarlo en la memoria y luego lo pusieron por escrito.
A Elías y a Eliseo los persiguieron los reyes del reino del norte, los reyes de Israel, pero su predicación y las obras que hicieron en nombre de Dios perduraron gracias a grupos de personas sencillas y cuyos nombres no los conocemos; por eso, para concluir quisiera hermanos y hermanas que entendiéramos que mientras más aspiremos a ser de los grandes de este mundo, más breamos de los criterios de los hijos de este mundo, menos dispuestos estaremos para percibir la voluntad de Dios sobre nuestras vidas.
La voluntad de Dios sobre este mundo… ¿creen ustedes que la voluntad de Dios sobre este mundo sea su completa destrucción? ¿creen ustedes que la voluntad de Dios sea que nos destruyamos los unos a los otros, que nos odiemos, que acabemos todos en una actitud completamente defensiva, en contra de los demás?, no sea que los demás me destruyan… esa no es la voluntad de Dios para con este mundo, es completamente contrario al evangelio.
Entonces ese tipo de criterios no los podemos hacer, que haga raíces en nuestro corazón, nunca estará de moda ser discípulos de Nuestro Señor Jesucristo, es falso que ciudades enteras se conviertan a los valores del evangelio, más bien, tendremos que soportar incomprensiones, burlas y persecuciones en virtud de aquello que creemos; pero no temamos… “Vivir como Dios manda tiene consecuencias positivas, nos lleva a vivir mejor, tanto en este mundo, como en el mundo venidero”.
Alabado sea Jesucristo.
XIII Domingo Ordinario, 2 julio de 2023

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Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
Ya por dos domingos hemos venido leyendo este discurso apostólico…
Jesús envía a los suyos todavía en la etapa en la cual Él estaba desarrollando su ministerio en Galilea, los envía por delante y da este discurso que abarca todo el capítulo diez y que concluimos el día de hoy.
El texto que leemos, considera dos temas que suponen dos destinatarios distintos… El primer tema está dirigido a los enviados, a aquellos con quien está Jesús en ese momento y les aclara que deben cumplir el primer mandamiento de a ley de Dios “Amarás a Dios sobre todas las cosas” pero Él lo pide para que lo cumplan también con Él.
Cuando se es enviado de Jesús, hay que poner en primer lugar el amor a Él, es necesario tomar la cruz para conservarse en la dignidad necesaria para ser portador de su buena noticia, es decir, de su evangelio; es por eso que sería un contrasentido hablar de cristianos a medias, de cristianos creyentes pero no practicantes, amigos pero no amigos, cercanos pero más bien lejanos (eso no es posible) y por eso Jesús lo dice: “No son dignos de mí”, se quieren salvar a si mismos, se perderán, están en total sintonía, en total consonancia de amistad conmigo, la van a salvar.
San Pablo en la segunda lectura, también nos lo aclara con diversas palabras dice así: Debemos considerarnos muertos al pecado para vivir, para Dios, en Cristo Jesús. Vivir sin Dios, vivir en el pecado, pues entonces eso es lo que yo hago a un lado, no vivo para l pecado, vivo para Dios en Cristo Jesús; una opción verdadera, prolongada de amistad a través de la amistad real, con Cristo, entonces vamos caminando en esta senda de amistad también con Dios.
El cristianismo acomodado de misas y oraciones de vez en cuando, es una caricatura triste de la vida que Jesús nos ofrece, la fe cristiana que es buena noticia es decir, que es evangelizadora, es la amistad con Él, esta amistad que nos inspira cada día, que nos alienta, que nos permite interpretar no criterios humanos, sino según los criterios de Dios.
A este respecto les narro una anécdota…
Todos recordamos el terremoto del año de1985, cómo muchísima gente murió y muchísimos más perdieron sus casas, sus hogares; en aquél tiempo, en aquella ocasión una familia de papá, mamá y varios hijos, ya más bien jóvenes y adolescentes perdieron el departamento que rentaban en una colonia bastante céntrica, la colonia roma, varios años después, platicando con el papá, yo comentaba a manera de lamento en que aquella ocasión hubieran pasado tantas penurias; pero cual sería mi sorpresa, que aquel señor me contestó ¡no! aquella pérdida ha sido lo mejor que me sucedió en toda mi vida, ¡le doy gracias a Dios por lo que nos sucedió! a caray, si en aquella ocasión no nos hubiéramos quedado en la calle, no me hubiera atrevido a buscar casa, a buscar comprar una casa en la que ahora vivo.
El señor me abrió los ojos para ir a buscar un lugar nuevo, abrió los ojos de mis hijos para que tomaran enserio el apoyo económico que necesitábamos como familia, porque cada quien estaba haciendo su propio dinero con el esfuerzo de todos y la gracias de Dios, ahora tenemos esta casa ¡muy agradecido con Dios, el terremoto para mí fue una bendición!
Es una forma de ver que tiene que ver con la manera en que Dios nos va guiando, nos va llevando adelante.
El segundo tema del que habla el texto el día de hoy, está más bien dirigido a los que acogen a los evangelizadores y en esto concuerda con la primera lectura… aquella señora de Sumen que dice: por aquí pasa un profeta, pues vamos a ofrecerle de comer, por aquí pasa un profeta seguido, vamos a hacerle un cuarto y el profeta dijo a ver que vamos a hacer por esta persona que nos recibe con tanta generosidad…
El Señor asegura que recibirán recompensa proporcional a la buena disposición de hacer el bien al forastero y al respecto les recuerdo un dicho que dice: “El Señor no se queda con nada, todo lo que hagamos generosa y amorosamente por otros, Él no lo devolverá, se duplicará”.
Es lo que el Señor nos indica en este segundo tema que es el que cierra el discurso de envío.
Escuchemos la voz del Señor y tratemos de aplicarla lo mejor posible en nuestras vidas.
Amén.
JUNIO 2023
XII Domingo Ordinario, 25 junio de 2023

Audio de la Homilía
XI Domingo Ordinario, 18 junio de 2023

Audio de la Homilía
X Domingo Ordinario, 11 junio de 2023

Audio de la Homilía

Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
Este domingo hermanos y hermanas retomamos la lectura continuada del evangelio según San Mateo, en ella vemos la narración del llamado que Jesús hizo a Mateo y también enseguida, la controversia de porque Jesús come con publicanos y pecadores.
A partir de este relato, quisiera detenerme en la actitud de Nuestro Señor Jesucristo con respecto a todas aquellas personas que lo rodeaban, en contraste una actitud que contrasta muy fuertemente con la actitud de los Fariseos hacia esas mismas personas.
Lo primero que quisiera resaltar es que el Señor aceptaba convivir con toda clase de personas, en otro pasaje del evangelio según San Lucas, nos indica que un fariseo, Simón, lo invitó a comer a su casa y en esa misma ocasión una mujer pecadora fue a darle a Jesús muestras de respeto y cariño para ser perdonada… y Jesús le dijo a Simón “esta mujer porque mucho a amado, se le perdonan sus pecados que son muchos”.
También iba a casa de amigos y amigas como los hermanos Martha, María y Lázaro que vivían en Betania, Jesús se relacionaba libremente con toda clase de personas, buenos y malos, los que estaban en una parte de la sociedad o en otra, los que eran considerados buenos, los que eran considerados malos; incluso el mismo Simón. Vemos la actitud de los Fariseos, que es contraria a esta libertad, ellos más bien mantenían un constante esfuerzo por separarse, por distinguirse, por excluirse del tacto cotidiano con aquellas personas malas, con aquellos que no cumplen la ley de Moisés.
Un ejemplo dentro del mismo relato, de cuando Jesús visitó a Simón, cuando vio Simón que lo estaba tocando aquella mujer se puso a pensar… si el fuera profeta se daría cuenta que clase de mujer lo está tocando, Jesús se daba cuenta, ahora ¿que es lo que pasa? esta actitud de separación, esta actitud de rechazo solamente se puede comprender a partir del temor de que una manzana podrida, pudra a las demás, es un dicho ¿no?…
Por tanto, se considera imprudente ir a comer a casa de publicanos, juntarse o dejarse tocar por personas que son públicamente malas, pero el señor Jesús nunca permitió que el miedo fuera el criterio para el trato con las demás personas.
Jesús más bien apostó por la conversión, todo trato que nosotros tenemos con los demás, sean considerados gente buena o mala, se realiza en orden a que Dios les de su salvación; esa es la convicción profunda de Jesús, por eso es libre de tratar al que sea y por supuesto hubo ocasiones en la que Él mismo dijo “Yo he venido para ofrecer la salvación a las ovejas perdidas, de la casa de Israel.”
Que les parecería Jesús o en este pasaje que acabamos de leer hoy en el evangelio, aprovecha la comparación con un médico… Jesús así mismo se considera médico y se compara con uno de ellos; partiendo de esta comparación ¿Qué les parecería que un médico renunciara a dar consultas, por miedo a quedar contagiado? o peor tantito, que no quisiera dar consultas porque no cree que puede ofrecer la salud, ya no doy consultas porque a lo mejor no se sanan, mejor ya no doy consulta… ¿Se imaginan a Jesús en esa perspectiva? pues no verdad… Jesús parte de la certeza de que Él es el portador del bien, el portador de la vida, el portador de la salud, y por eso se acerca.
Ahora yo les invito hermanos a que hagamos un poquito de oración en este sentido, o que hagamos conciencia porque tal vez ya alguna vez nos a sucedido… Jesús me ha hecho un buen médico para aquellos que me rodean ¿lo creemos? que aquellas personas que habitan conmigo en lugar de sufrir conmigo, no, esas personas están bien ¿Por qué? porque yo soy fuente de salud, soy fuente de bondad, soy fuente de comprensión, soy fuente de generosidad; eso sería hermoso ¿no?
No se lo dejemos nada más a Jesús, a los padres o a las monjas ¡no! cada uno de nosotros que somos bautizados haríamos muy bien en decir “Jesús me ha hecho fuente de bien” para aquellos que me rodean y por eso no me da miedo tratarlos; tengo amigos que van al antro yo no los acompaño, etc. Perdón, pero si soy su amigo, pero en mi actitud de amigo, les ofrezco la posibilidad de ser amigos míos y también la de ser amigos de Dios porque eso es lo que Jesús ofrecía.
Así pues, hermanos, metámonos en la tónica y en el modo de ser de Jesús… es verdad que, en ciertos momentos de la historia de la humanidad, a veces a sido mejor retirarse, alejarse de las maldades, sobre todo de aquellas decadencias, hay que evitarlas, de corromperse en un mundo corruptor, hay que evitarlo; pero en nuestros días yo les digo “De nada nos sirve hacernos aparte, de nada sirve hacernos elitistas ¡no! mejor con Jesús, como Jesús, en Jesús y Gracias a Él.
Hazme señor médico de vida, médico de salvación para aquellos que me rodean.
Alabado sea Jesucristo.
Santísima Trinidad, 4 junio de 2023

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MAYO 2023
Domingo de Pentecostés, 28 de mayo de 2023

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La Ascensión del Señor, 21 de mayo de 2023

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VI Domingo de Pascua, 14 de mayo de 2023

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V Domingo de Pascua, 7 de mayo de 2023

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ABRIL 2023
IV Domingo de Pascua, 30 de abril de 2023

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Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
En nuestros días, hermanos y hermanas en Cristo, existe una multitud de voces que pretenden dirigir la vida de las personas. Basta con que uno encienda el radio o la TV para comenzar a recibir muchísimos mensajes. Quien revisa su teléfono celular o su computadora igualmente está expuesto a muchas propuestas para orientar su vida. Pero es importante preguntarse ¿Todos ellos en verdad pueden garantizar su reclamo de conducirnos a la verdadera felicidad? Todos reclaman ser buenas propuestas, buenos pastores que si los seguimos y les brindamos nuestra confianza nos darán salud, paz, alegría, disfrute de la vida, pero ¿podemos realmente saber si son un “buen pastor”? Esto es a lo que se refiere Nuestro Señor Jesucristo cuando habla de aquellos que saltan por las bardas o se saltan la cerca del redil. Nuestro Señor Jesucristo también viene más de una vez en la vida a proponernos seguirlo y hacer de Él nuestro señor, considerarlo “nuestro buen pastor”. Viene por la puerta, toca con respeto a nuestra vida y nos pregunta si le permitimos entrar. No llega con una cantidad de sorpresas y novedades que apenas entendamos.
Él viene para recordarnos con voz calmada y apacible que somos creaturas de Nuestro Padre Dios y que nuestro destino definitivo más allá de esta vida es más importante que lo que nos suceda aquí en esta tierra. Él no necesita engañarnos con voces de éxito prematuro y fácil, al contrario, desde el principio nos recuerda que si queremos seguirlo hemos de cargar con la cruz de cada día, hemos de afrontar el peligro de ser rechazados por los hijos de este mundo. Reconocemos su voz porque nos dice la verdad de las heridas que han marcado nuestras vidas y no lo hace para burlarse de nosotros o para que nos deprimamos. Al contrario, Él viene a las partes más oscuras de nuestra historia para aplicar allí mismo el poder de su Cruz y su resurrección. Quien, seriamente, desea un cambio en su camino, dar el giro de una vida para morir a una vida para vivir eternamente sabe que Él es el guía y maestro que nos conviene porque dio su vida, se entregó a sí mismo, primero, por nosotros. Es verdad, muchas otras voces prometen grandes e inmediatos beneficios, pero reconocemos detrás de las hermosas palabras el vacío de la mentira. Precisamente por este sacrifico que realizó Jesús y que hace creíble su mensaje es que también el día de hoy usa la comparación con la puerta de las ovejas. Por medio de Jesús pasamos de la situación de reos a la situación de absueltos y libres; de la situación de condenados por el pecado cometido a la situación de hijos perdonados y coherederos de la vida verdadera. Aprovechemos, hermanos y hermanas, este liderazgo que nos ofrece el Señor, aceptémoslo como nuestro Señor y pasando por su muerte y resurrección accedamos a la alegría de los hijos de Dios destinados a la vida eterna.
Amén.
III Domingo de Pascua, 23 de abril de 2023

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II Domingo de Pascua, 16 de abril de 2023

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Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor, 9 de abril de 2023

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Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
Siempre en la Pascua me gusta mucho recordar la manera en que se saludaban los primeros cristianos… ¡Cristo ha Resucitado! era el saludo, y la respuesta ¡Verdaderamente ha resucitado y nosotros con Él!
A propósito de este saludo, me venía a la mente el recuerdo de cuántas veces uno se siente muy honrado, muy ancho, muy feliz, cuando uno resulta el hermano, el hijo, el tío de alguien que ha tenido un gran logro, uno se siente muy bien; me imagino que los que tienen hijos dicen ¡es mi hijo! orgullosos, sin embargo, la celebración que hacemos hoy de la Resurrección de Cristo no pretende nada más decir ¡es Jesús! ¡es mi amigo! que bien se siente uno… es mi amigo, Él resucitó; no es nada más eso, no es para contemplar, no es para decir… ¡Él afortunado y yo estoy cerquita de Él! Jesús dijo: si de eso se trata ¡no!, más dichosos los que escuchen mi palabra y la pongan en práctica, es decir, aquellos a quien ese acontecimiento que fue Él mismo, entra en todo lo profundo de su ser y entonces lo transforma; por eso el saludo de los primeros cristianos es muy hermoso, no basta con sólo saber que Cristo ha resucitado; lo más importante es ¡y nosotros con Él!
Precisamente en esa tónica quisiera yo retomar lo que escuchamos en la segunda lectura que leímos a los Colosenses “Hermanos, pongan toda su atención, su mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra, porque ustedes están muertos”, que cosa tan fuerte… y su vida está escondida con Cristo en Dios, cuando Cristo se manifieste, también la vida de ustedes se manifestará tanto la de Él como la de ustedes se manifestarán gloriosas; por lo pronto escondida, pero cuando Él se manifieste también nosotros ¡Gloriosos como Él! ese es el chiste, de eso se trata esta celebración, no solamente de decir yo soy católico y hoy resucitó, resucitó ¡no! yo también con Él, eso es lo más hermoso.
Esta exhortación que hace San Pablo tiene varias partes, varios pasos, el primero de ellos es esta frase dura, fuerte, pongan toda su mente en lo de arriba, no en lo de la tierra; porque ustedes están muertos… ¿Qué significa esto hermanos? algo muy parecido a lo que sucede cuando alguien se va a casar; ¿en que piensa un chica cuando se va a casar?, en los cuatro mil millones de hombres con los cuales no se va a casar, está pensando en que se los está perdiendo o piensa más bien en aquel con quien ella va a compartir su vida y que por eso está enamorada y que por eso se va a casar, igualmente un muchacho no piensa en los cuatro mil millones de mujeres que no va a tener, piensa en aquella a quien le va a entregar su vida y con la cual va a ser feliz, ¡en eso piensa cuando se va a casar! no piensan en otra cosa, aunque es verdad que los cuatro mil millones no van a ser la mía. Digamos unos años después… verdad que si hay que recordárselos, tu te casaste, tu te casaste y entonces este es tú único, tú única, tu lo escogiste y renunciaste a todos los demás.
San pablo, después de un tiempo que los colosenses ya habían optado por creer en Cristo se habían bautizado y todo eso, ¡ustedes están muertos ya!, en que sentido, ya están muertos para éste mundo, para aprovecharse de las cosas, para los señores de este mundo, esos no son los que ustedes escogieron. Pongan toda su mente, pongan toda su atención en lo de arriba, allí está la clave, no se distraigan, no se desanimen, no se dejen llevar, ¡están muertos para las cosas de este mundo! ahí es donde San Pablo retoma lo que es lo inicial… ¡ustedes están vivos con Cristo en Dios!
El siguiente paso de la exhortación es… nosotros tenemos que renunciar a algo por creer en Cristo ¡sí! tenemos que renunciar a todo lo que no viene del evangelio, a todo lo que no nos lleva a la vida eterna, hay que rehacerlo; pero también hay que optar, hay que centrar nuestra atención en Él , porque con Él y en Él hemos muerto para este mundo y nuestra vida está escondida.
Siguiente paso, vivir escondido con cristo en Dios … No se ha manifestado todo lo que significa y todo lo glorioso que implica ser cristiano, eso se habrá de notar, de ver plenamente cuando nosotros también con Cristo muramos; es así como Él nos ha invitado, en las apariencias pues algunos dicen que se trata de un grupo de gente débil, aborregada, que se la pasa limitándose y diciendo si esto es bueno, esto es lo otro…
Miren, es para mantenernos en la perspectiva de lo de arriba, abandonar lo de abajo para lanzarnos a lo que es de arriba según lo presenta San Pablo aquí en la segunda lectura; cierto el resultado final, aún no es del todo evidente, vivimos escondidos, no manifiestos, es la verdad, la gloria definitiva que irradia un cristiano en estos tiempos presentes, todavía no está totalmente manifiesta; pero no nos engañemos, no me dejarán mentir, no es lo mismo vivir junto a ladrones que vivir junto a gente honesta.
Quien vive junto a gente honesta, quien vive con una familia donde no se roban las cosas unos a otros, vive tranquilo, confiado, en paz; pues entonces hay cosas que si se ven, no son gloriosas, no son llamativas, no son para ser películas, pero si se siente, no es lo mismo vivir junto a personas respetuosas y nobles en la manera de obrar, que vivir junto a violentos y opresores, no es lo mismo vivir junto a gente que es prudente en el hablar, que vivir junto a chismosos, no es lo mismo y ahí si se nota aunque no haya mucha gloria.
Así pues hermanos, en este domingo de pascua, los invito a que el saludo de los primeros cristianos sea para nosotros una realidad, ¡Cristo a resucitado y yo con Él! su resurrección es algo que me afecta en lo más profundo de mi ser y le da un camino nuevo, un camino de plenitud, que no es glorioso en este momento, no lo es, que no se nota mucho en este momento ¡no! en lo cotidiano lo notan los que me traten.
Alabado sea Jesucristo.
Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, 2 de abril de 2023

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MARZO 2023
V Domingo Cuaresma, 26 de marzo de 2023

Audio de la Homilía
IV Domingo Cuaresma, 19 de marzo de 2023

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Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
Estamos en el cuarto domingo de cuaresma y los tres primeros han insistido en la importancia que es para nosotros cristianos asumir a Jesús como Nuestro Señor, porque sólo con su ayuda, sólo con su gracia y siguiendo su ejemplo, podemos vencer las tentaciones que nos plantea el maligno.
Sólo reconociendo sus manifestaciones, en particular el testimonio que da Dios Padre, es como podemos seguirlo en el camino de la pasión, la cruz y la resurrección y como lo vimos la semana pasada, solo bebiendo del agua que Él nos da, surge de nosotros, nos convertimos en una fuente que salta para la vida eterna. Los tres domingos nos han llevado a reconocer a Jesús como nuestro Señor, sino lo asumo verdaderamente como tal, no puedo verdaderamente vivir la pascua.
En este domingo, se añaden dos elementos que son importantes:
El primero de ellos es que nuestra vida aún encontrándose en circunstancias de una humanidad pecadora, está inmerso en las manos providentes de Dios, un hombre que vive entre pecadores nace ciego, la enfermedad es una consecuencia del pecado, la privación de la vista es una enfermedad, por lo tanto la pregunta de los discípulos fue muy obvia, si el nació ciego, no pudo haber cometido pecados o fue en virtud de los pecados que iba a cometer cuando grande, ¿Quién fue, él o sus padres quienes pecaron?.
Bueno, Jesús aclara… es para que en él, a través de él, se manifiesten las obras de Dios y ¿Cuál es la obra de Dios que manifiesta Jesús a través de ese hombre? bueno, manifiesta que él ha venido a completar, a llevar más allá la creación de Dios, recuerdan como nos relata el libro del génesis que Dios hizo al hombre, tomó barro de la tierra, lo formó y le sopló, es así como nos narra el libro del génesis que creó Dios al hombre; por lo tanto, el hecho de que Jesús tomara barro, hiciera barro con su propia saliva, se lo untara en los ojos, está indicando que Jesús también va a realizar un signo de creación en ese hombre ¿y en que consiste este paso que va más allá? … de un hombre creado en un orden natural.
Jesús nos hace capaces, nos capacita para poder ingresar por nuestra capacidad de conocer en un orden “sobrenatural”, mirar el mundo como es, a partir del raciocinio, a partir de lo que nosotros podemos unir como causas y efectos; sino para verlo como Dios, nos invita y nos llama a interpretarlo y a verlo; es muy claro, ¿Qué veían los discípulos? ¡pecado!, ¿Qué ve Jesús? una ocasión providencial de la intervención de la obra de Dios.
El mundo sobrenatural, una característica muy importante, porque el Señor viene a nuestras vidas, también para realizar esa apertura, para realizar ese completar su obra creadora, no somos personas con un criterio puramente natural y si nos ceñimos solamente a ese criterio, estamos perdiendo lo más importante, Él ya nos ha capacitado para mirar las cosas sobrenaturalmente.
La segunda enseñanza que nos da, es consecuencia de aceptar a Jesús como Nuestro Señor y por supuesto de interpretar las cosas como Él, ¿Qué es lo que sucede cuando hemos aceptado a Jesús como Nuestro Señor?, recuerdan cuando vio Jesús que habían corrido, habían echado a ese hombre que había sido ciego, allí está la consecuencia, el pasar de un orden meramente natural a un orden sobrenatural en muchas ocasiones genera rupturas, persecuciones, situaciones adversas para quien decide tomar como criterio a Jesús el Señor; y entonces le sale al encuentro y le pregunta ¿crees tú en el hijo del hombre? ¿Quién es para que yo pueda creer en Él? estás viendo, Él es, entonces aquel hombre reconoce a Jesús como hijo de Dios, se postró y lo adoró.
Creer en el orden sobrenatural, asumir ese orden sobrenatural genera de parte de las autoridades la expulsión, tu eres puro pecado desde el principio ¡fuera! pero Jesús es el que lleva a este hombre a un nuevo éxodo, a un nuevo salir; lo echaron de la sinagoga, no te quedas sólo, no te quedas abandonado, aquí estoy yo para llevarte a otro nuevo camino, a otra nueva realidad, Jesús en este sentido, es un nuevo Moisés.
Ahora para nosotros esto nos da mucho que pensar, por nuestra mirada de fe, por nuestra mirada desde el punto de vista sobrenatural, por ejemplo: hay personas que han perdonado a quienes asesinaron a un familiar, la vista meramente natural ¡véngate, ojo por ojo, diente por diente! la vista sobre natural ¡no se gana nada, Dios sigue bendiciendo y Dios sigue siendo Padre del asesino! y a mí como hijo también del mismo Padre me invita a perdonar, hay más libertad, hay un bien mayor en perdonar a ese; esto sólo se ve con ojos sobrenaturales.
Solamente con la gracia de Dios podemos comprender lo que es verdaderamente bueno, por una mirada de fe una persona que se dedicaba a engañar y vivir en la mentira decide ya no puedo vivir más en esto, quiero vivir en la verdad ¡perfecto! el modo natural de ver ¡como te ven, te tratan! el modo sobrenatural de ver, a Dios no lo engañas, ni a ti mismo, mejor vivir en la verdad. En todo esto dosis de riesgo y ruptura, sabemos que personas, incluso familias que han decidido abandonar rutas de crimen organizado, han acabado muertos ¡si, muertos para este mundo! pero vivos para la vida eterna, porque ya no querían seguir viviendo en el asesinato y en el robo.
Por eso hermanos, le pido al Señor que nos conceda ver las cosas con mirada sobrenatural y una vez que hayamos tomado las decisiones y que estemos caminando en nuevas costumbres, nuevas formas de ser, tengamos el valor de afrontar las consecuencias e ir con Jesús en este nuevo éxodo.
Alabado sea Jesucristo.
III Domingo Cuaresma. 12 de marzo de 2023

Audio de la Homilía

Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
Llegamos ya al tercer domingo de cuaresma, después de haber considerado en los dos domingos anteriores, cómo Jesús es quien vence la tentación y no solamente para nosotros ese ejemplo; sino aquel que nos sostiene, aquél a quien nos tenemos que unir profundamente para vencer las tentaciones.
También el domingo pasado se nos daba a conocer, no es cualquiera, es el Hijo a quien hay que hacerle caso, es el centro de la historia, es el centro de nuestra historia, Él es el que irradia una gloria que nos hace sentir muy bien; porque también nosotros estamos llamados a esa gloria.
Ahora vamos a iniciar tres domingos leyendo pasajes del evangelio según San Juan que nos van a ayudar a profundizar, nos van a ayudar a consolidar esta relación con Jesús, y el día de hoy se nos presenta una mujer que podríamos decir… nada distinto, nada diferente con respecto a los hombres y a las mujeres de este mundo, una mujer ocupada, una mujer que no va a hablar de religión probablemente la habrán invitado sus hermanos samaritanos al monte Garizim a rendir culto y les habrá dicho: soy una persona tan ocupada, tengo tanto que hacer, que yo voy por el agua a otras horas, a la hora que nadie va porque soy una mujer tan ocupada, soy tan distinta, tan yo… aún a esas personas tan ocupadas, tan difíciles, les sale Jesús al encuentro.
¿Y de que empieza a hablar Jesús?… de las cosas más triviales, Jesús tiene una meta, un camino, cuando Dios se mete en nuestras vidas, al principio parece casualidad, parece que le dimos chance, pero Él tiene un camino, una finalidad; llevarnos a beber del agua que nos lleva a la vida eterna, y que esa agua fluya desde dentro de nosotros, la felicidad que ofrece este mundo siempre está afuera, ¿quieres sentirte bien en tus pies?, ahí están los zapatos especiales para que te sientas bien y seas el campeón, etc. puras cosas de fuera ¡no,no,no! La propuesta de Jesús es una fuente que hemana desde lo más profundo de nuestro ser para que vivamos en plenitud, que nuestra vida valga la pena.
Jesús y Dios mismo se proponen como aquel que le sale al encuentro, a los que no tienen tiempo, a los que no se juntan con nadie y allí en lo que le acepta platicar, allí lleva a la mujer a la apertura.
Si hubiera sido una persona totalmente lastimada, cerrada, no hubiera logrado nada el Señor, esta señora hubiera dicho: tú eres judío, yo soy samaritana, ¡cállate! ni me hables, ni me veas, una persona cerrada; pero no, esta persona dice: haber, dame de esa agua y ahí, en esa apertura, Jesús la lleva a la verdad, te voy a dar el agua, tráeme a tu marido, ahí está una verdad muy fundamental, si, la mayor parte de los intérpretes de este pasaje dicen… es un símbolo del pueblo samaritano porque varios siglos antes habían venido los asirios, habían arrasado esa región, habían deportado a los israelitas que adoraban a Dios ciertamente y habían traído cinco pueblos distintos con cinco dioses diferentes a habitar ahí y todos habían abandonado a sus dioses y habían tenido que creer en el Dios de los judíos.
Entonces dice: no tengo marido, si, tuviste cinco maridos, esos cinco pueblos con cinco Dioses distintos y ahora adoras al verdadero Dios, no es tu marido en la verdad, no ha sido tu historia, pero está bien, también la salvación se ofrece para los que tengan historias difíciles, a los que hayan caído, se hayan levantado, se hayan resbalado otra vez, Dios les dice: si hay oportunidad para ti, y ahí es donde empieza, cuando la persona entra en su propia verdad y es sincera, entonces empieza la cuestión religiosa.
Después de un ratito de estar platicando, ahora si vamos a hablar de cosas que son profundas… veo que eres profeta, ¿dónde, yo he visto, me he dado cuenta y Jesús asume, platica y responde con naturalidad al grado de que entonces ella ya no está hablando de cuerdas, de cubetas, sino del sentido, de la esperanza más profunda de su pueblo… sabemos que va a venir el mesías y va a poner las cosas en orden.
Una vez que se va, creo que me encontré al mesías y después de dos, tres días que se quedó Jesús para estar con ellos ¿cuál es la conclusión de los samaritanos? ya no creemos en lo que tú nos hayas dicho ¡eh! en lo que nosotros estamos seguros es que ya lo vimos, ya lo escuchamos, creemos que es el salvador del mundo.
¿Ven ese camino, ven ese proceso? acaba tocando lo más íntimo, lo más profundo de la vida para alcanzar la vida eterna.
Hermanos, ustedes dejaron muchas otras cosas que hacer, a lo mejor el paseo, la tele, la cama, muy bien, aceptaron a Jesús, aceptaron estar aquí, ¡aprovéchenlo, aprovechen a Jesús! Él es el agua viva, Él es el agua que nos lleva en primer lugar a conocer la verdad de nuestros rincones oscuros, mis mañas, mis manías, mis maldades, mis mentiras, las que me digo constantemente y las que a los demás les digo para que ellos me acepten…
Una vez que estamos ahí, no nos va a dejar ahí, dejemos que el Señor haga de nosotros mismos, de nuestro interior brote el agua que nos lleva a la vida eterna.
Alabado sea Jesucristo.
II Domingo Cuaresma. 5 de marzo de 2023

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FEBRERO 2023
I Domingo Cuaresma. 26 de febrero de 2023

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VI Domingo Ordinario. 19 de febrero de 2023

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VI Domingo Ordinario. 12 de febrero de 2023

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Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por elM. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo
Estamos en el sexto domingo del tiempo ordinario y desde el cuarto domingo, cuarto, quinto, sexto, comenzamos a leer o estamos leyendo continuadamente el “sermón de la montaña”, que abarca los capítulos cinco al siete del evangelio de San Mateo.
El primer domingo que leímos el sermón, leímos las bienaventuranzas… declaraciones, afirmaciones categóricas de Jesús “Dichosos aquellos que hacen esto, dichosos aquellos que se encuentran en estas circunstancias”.
El domingo pasado leímos la llamada de Jesús a hacer luz y sal de la tierra, tiene que ser una vida significativa de quien sigue a Jesús y este domingo, no hemos escuchado nuevas reglas o nuevas normas, ¡no! Nuestro Señor Jesucristo al hablar de no matarás, al hablar de no fornicarás o hablar de no jurar en vano o no levantar falso testimonio, o simplemente no usar la forma de juramento, esta retomando tres de los diez mandamientos que nosotros conocemos y que hemos aprendido como reglas básicas; estas vienen desde el antiguo testamento, Jesús al inicio de la lectura que escuchamos… No he venido a abolir nada ¡no! no vengo a poner o a quitar, vengo a llevar a plenitud, eso significa.
En contra de algunas interpretaciones que se hacían en los mismos tiempos de Jesús, Nuestro Señor Jesucristo no pone el acento en el cumplimiento externo, en lo que sucede nada más afuera, habían quienes interpretaban en tiempos de Jesús, que si uno golpeaba a otra persona, pero no la mataba, no había faltado contra el quinto mandamiento y bueno, pues si lo lastimaste, lo pudiste haber matado, no faltaste al quinto mandamiento, ¿estaba medio duro no?, en cambio Jesús, hace una transformación muy grande.
Hace la transformación que pone el acento no en lo externo, no en lo de afuera, sino en lo interno, la verdadera forma en que una persona puede ser feliz al cumplir un mandato como no matarás, radica en pacificar el corazón, pacificar la mente, de tal manera que uno mismo se encargue de procesar el enojo, una emoción negativa que me lleva a ser antagónico de otra persona… probablemente porque algo me hizo, puede ser, pero Jesús dice: “El primer ambiente de tu esfuerzo por no matar, es no enojarte o ese enojo no dejar que se convierta en un sentimiento de odio, de rencor, no permitir eso
Uno mismo debe controlar sus palabras, también lo dice al que insulte, uno mismo también tiene que moderar sus expresiones de no despreciar, lo mismo podemos decir de la práctica de la castidad, del respeto por la sexualidad de las otras personas, no se trata solamente de acciones o de palabras, el respeto inicia en la propia imaginación que es controlada, encausada; soy yo el que tiene que saber gobernar las fantasías.
Probablemente comprenderíamos mejor este estilo de interpretar los mandamientos de Jesús si en lugar de enunciarlos de manera negativa como la hacemos en los diez mandamientos, no matarás, no robarás, no cometerás adulterio, etc. los proponemos en forma positiva. En lugar de decir ¡no hagas!, tendríamos que pensar que, al no matar, le corresponde: Procurarás siempre, ser una persona que le procura vida a los demás, reconciliándote con ellos, pidiéndoles perdón si algo les has hecho, ese es el verdadero camino del discípulo de Jesús.
Al no fornicarás, correspondería: Respetarás siempre la intimidad de los demás, aún con tu propia imaginación, si alguien ya le prometiste que le vas a hacer fiel, ¡pues cúmplelo, esfuérzate por cumplirlo! no andes diciendo, el amor acaba, se volvieron cadenas lo que fueros cintas blancas… ¡no, no, no, no, no! No andes buscando afuera, lo que hay ya dentro en tu vida.
Al mandato de no jurar en vano, o no prestar falsos testimonios correspondería: Serás procurador de la verdad y tu palabra será confiable porque, así como digo sí, ¡así es! y cuando digo no, ¡no es! no pongas al cielo, no pongas a Dios, no pongas ni tus propios cabellos como testigos, no es verdad; pero eso se logra cuando mi forma de ser es confiable, es verdadera, es asertiva.
Las leyes tanto en el plano religioso, de nuestra fe, como en cualquier otro ambiente, no tienen como finalidad oprimirnos, de ninguna manera, hacernos tristes ¡no! tienen la finalidad de ayudarnos, a conducir nuestra vida, para convivir correctamente y así llegar juntos a la felicidad.
Alabado sea Jesucristo.
V Domingo Ordinario. 5 de febrero de 2023

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ENERO 2023
IV Domingo Ordinario. 29 de enero de 2023

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Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo
Los primeros pasos dentro de este tiempo ordinario nos introducen en el Sermón de la Montaña que abarca los capítulos cinco al siete del evangelio de San Mateo. Por varios domingos estaremos leyendo este sermón. Hoy inicia con las bienaventuranzas. Las bienaventuranzas pertenecen a la literatura sapiencial y son el medio para declarar la bondad de alguna costumbre o de alguna situación.
El libro de los salmos comienza con una bienaventuranza: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados…” (Sl 1,1). Lo contrario a las bienaventuranzas son “los ayes” que declaran la desgracia de alguna costumbre o de alguna situación. San Mateo nos presenta ocho bienaventuranzas entre las cuales encontramos costumbres positivas como: el ser mansos, ser misericordiosos, ser limpios de corazón o hacedores de paz.
También encontramos algunas que no son costumbres sino circunstancias: ser perseguidos por causa de la justicia, estar llorando, tener hambre y sed de justicia. Por último, una puede tener doble valor como costumbre o circunstancia: el ser pobres de espíritu. La declaración de bienaventuranza supone que algunas costumbres o circunstancias, aunque parezcan negativas no lo son a la larga y producen un efecto positivo.
El efecto positivo que se repite por dos veces es heredar o poseer el reino de los cielos; una promesa muy cercana a esta es que la recompensa será grande en el cielo. Los demás efectos tienen cierta relación con la virtud practicada: a los mansos se les promete heredar la tierra, a los pacíficos el ser llamados hijos de Dios; Los limpios de corazón verán a Dios.
Para los que lloran y para los que tienen sed de justicia se promete que esto no será para siempre pues los primeros serán consolados y los sedientos serán saciados. El evangelio de San Lucas también nos presenta un grupo de bienaventuranzas, pero todas ellas establecen una distancia entre el presente deficiente o de sufrimiento y el futuro definitivo de gozo.
Esto San Mateo no lo presenta con tanta fuerza, ciertamente el presente implica esfuerzos o circunstancias adversas y estos no son para siempre. Para concluir podemos tomar alguna de las bienaventuranzas y tratar de poner manos a la obra, para practicar la virtud correspondiente o cambiar nuestras actitudes con respecto a las circunstancias adversas que enuncian. Llorar o sufrir persecución no son cosas deseables, pero detestarlas o evadirlas a toda cosa tampoco resulta sabio. Hagamos caso a Jesús el nuevo Moisés el legislador de la Nueva Alianza. Amén
III Domingo Ordinario. 22 de enero de 2023

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Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo
La semana pasada hermanos y hermanas que celebramos el segundo domingo del tiempo ordinario, escuchábamos el testimonio de Juan Bautista que decía: “Jesús es el Cordero que quita el pecado del mundo, es la luz, es la buena noticia”.
Y precisamente retomando ese testimonio de Juan Bautista, el día de hoy escuchamos del evangelio Según San Mateo, como Jesús, palabra eterna del Padre se hace una palabra viviente, el mismo se va acercando, se va haciendo presente a través de su actividad y lleva la buena noticia. Quisiera yo reflexionar con ustedes, las distintas actividades que Jesús fue realizando al inicio de su predicación evangélica para que saquemos también nosotros un provecho espiritual de ellas…
La primera, es que Jesús cambió de lugar de residencia, había vivido en Nazaret, un pueblo de montañas, escondido y muy pequeño y se va a vivir a las orillas del lago de Tiberiades, del lago Genesaret, a una población llamada Cafarnaúm, esta población era muy populosa, un lugar de paso, de las caravanas que transitaban desde Egipto, hacia Siria, hasta Damasco particularmente, la capital de Siria. Así es que era un lugar de mucho movimiento, allí Jesús no solamente se traslada a vivir ahí; sino que inmediatamente que llega a ese lugar, hace amigos, hace personas o entabla relaciones con personas muy bien identificadas.
Son dos pares de hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo y Simón Pedro y Andrés; personas con las cuales Jesús va a entablar un caminar, una relación cercana, muy fuerte que se va convirtiendo en un amor profundo entre discípulos con el maestro, y el maestro con sus discípulos.
La siguiente actividad de la que nos habla el evangelio el día de hoy, es que Jesús entraba a las sinagogas, a las asambleas de oración y allí anunciaba la buena noticia de la cercanía, de la llegada del reino de Dios, a aquellas personas que estaban a su alrededor e iba enseñado, pero no se quedó solo en Cafarnaúm; sino que también se fue otras poblaciones y hacía lo mismo. Todos sabemos que Jesús no solamente predicaba, hablaba; sino que esto iba acompañado de unos milagros o acciones poderosas de expulsión de demonios.
Una vez que tenemos este panorama que nos presenta el día de hoy el evangelio Según San Mateo, quisiera proponerles algunas líneas de actualización con lo que hemos visto: La primera cosa que me parece importante considerar es ¿cómo en la vida de Jesús se marca con toda claridad un cambio de etapa de vida? ya dejó de ser aquél montañés, aquel hombre que vive en una población chiquita para presentarse en otro lugar y que cambia radicalmente de actividad, deja de dedicarse a la carpintería, a la construcción, para dedicarse ala predicación.
En nuestra vida también hay etapas, y esto hay que tenerlo considerado seriamente, imagínense que un chico que se casa, quiera seguir viviendo como soltero… no,no,no, a mí no me digan nada de deberes propios del matrimonio, yo voy a seguir… ¡no, ya cambiaste! incluso te tienes que cambiar de casa, tienes que irte a vivir a otro lado y entonces empiezas a tener otro tipo de obligaciones, tu vida ya no puede ser nada mas para ti mismo, ya no puedes tomar decisiones así como así, hay que preguntar, hay que consensar, hay que llegar a acuerdos por el bien de la familia que fundaste; eso a veces no se nos quiere dar, pero en la vida de Jesús también fue así, Él asume que ya ha cambiado la vida, la etapa de Nazaret acabó, viene la etapa de servir, la etapa de ser el ungido por el espíritu para llevar la buena noticia.
Esta primera característica vale la pena considerarla, igualmente para las etapas en las cuales ya dejamos de tener la batuta en la mano y bueno, hay que tener el bastón, ni modo, hay que aguantar, es difícil y doloroso ¡sí! pero en la vida hay etapas…
La siguiente es que nuestra vida, así como la de Jesús puede ser una hermosísima buena noticia, pienso yo que a todos nos sucede cuando nos dicen “va a venir fulanito, va a venir el señor fulanito que si es una persona con la cual tenemos buen trato, es una persona amable, generosa, de buen carácter, decimos ¿a que hora va a llegar, para que yo también esté? para pasar a saludar, etc. pero que tal cuando se trata de una persona toxica, que mete chismes, que trae problemas; ¿a que hora va a venir? para no estar… ¿no es verdad?
Jesús se vuelve una buena noticia, no solamente de palabras, a donde pasaba hacía el bien, esto es una excelente oportunidad que nos da el Señor, convertirnos en una bonita palabra que se fija en las cosas buenas, en las cosas positivas, que está buscando la paz, la alegría, la armonía… que hermosa es una vida así, se vuelve una buena noticia; triste cuando solamente sacamos lo agrio, en todos lados tenemos algo que decir negativo.
Yo creo que Jesús lo supo muy bien, ¿Qué está esperando la gente de mi?, pues que sane, que libere a un enfermo, libere también a un pecador de sus pecados y a un endemoniado del demonio; nuestra vida puede ser una excelente noticia y no conformarnos con el núcleo chiquito de mi casa, Jesús tuvo la oportunidad de ser famoso y ser muy bien aceptado en Cafarnaúm, pero se los dijo a sus discípulos: “No me puedo quedar solamente aquí, tengo que ir también más allá”.
En esta etapa que es un cambio de época tan fuerte, creo que podemos preguntarnos, ¿Por qué estamos teniendo un cambio de época?, la verdad cuando las épocas son florecientes, pujantes, positivas, no tienen porque cambiar, pero si estamos en un cabio de época, es porque hay muchas señales de decadencia.
No me puedo ir a esconder con mi bondad, hay que hacerle como Jesús, puedo ir un poquito más allá, me tienen que importar también los demás.
Alabado sea Jesucristo.
II Domingo Ordinario. 15 de enero de 2023

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Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo
Regresamos a partir de este domingo al tiempo ordinario, a los domingos del tiempo ordinario y como es propio de este tiempo, el color verde nos indica que somos pasajeros, que estamos en camino, en un proceso de maduración como discípulos, como testigos de nuestro Señor Jesucristo.
En la lectura que acabamos de escuchar del evangelio según San Juan, vemos en que consiste el inicio de nuestro caminar cristiano… Ninguno de nosotros es cristiano, católico por obligación, ninguno de nosotros es católico por pura tradición, como si el hecho de haber nacido en México, en esta época, en esta etapa de la historia nos forzara a ser católicos ¡no es así!
El inicio de toda vida cristiana esta radicada, fundamentado en un testimonio, en un acto de comunicación que hace otra persona hacia nosotros y entonces nosotros escuchamos, nosotros vemos, nosotros tocamos y esto es precisamente lo que nos da el evangelio según San Juan en este día. El testimonio de Juan Bautista, lo que dijo a propósito de Jesús… Viéndolo venir dice: “Este es el cordero de Dios” y más aun dice: “Es aquel sobre quien yo vi que bajaba el Espíritu Santo y se quedaba en Él”, no lo conocía, pero el que me envió a predicar me dijo que aquel sobre el que bajara el espíritu santo y permaneciera, ese es el que bautiza con el espíritu santo; es el testimonio de Juan y concluye con la frase más importante de todas “Doy testimonio de que este es el Hijo de Dios”.
De este testimonio, quisiera retomar dos cosas importantes:
La primera es la integridad, la honestidad de Juan Bautista con respecto a quien es él y con respecto a quien es Jesús; cuando enviaron las autoridades de Jerusalén a preguntar a personas quien era Él, a pesar de que era muy famoso, a pesar de que mucha gente le hacía caso y le estaba otorgando una gran autoridad, Juan dio testimonio “Yo no soy el Mesías”, entonces eres Elías, ¡no soy Elías!, entonces eres el profeta, ¡no! ¿entonces quién eres para que podaos llevar una razón?, yo soy la voz que clama en el desierto, preparen los caminos del Señor.
Una persona íntegra, honesta, que sabe los límites, a pesar de que más de una vez sintió la tentación al oír como la gente le respondía, como las personas se convertían en su predicación, no pocas veces habrá sentido la tentación de decir “yo soy el elegido” ¡no! no cae en esa tentación, sino que está atento hasta que sucede sobre Jesús baja el espíritu santo, ahí está el cordero de Dios; un hombre íntegro, un hombre honesto, una persona que permanece siempre con los pies en la tierra, que por muchos éxitos que tenga, que por mucho que lo sigan, siempre sabe quien es.
El segundo elemento importante que pienso que podemos sacar de esto es, como a nosotros hoy en este inicio del tiempo ordinario, en este comienzo del año litúrgico se nos dice con toda claridad ahí está Jesús y Él no es nada más una buena persona, no es nada más un profeta, no es nada más alguien a quien pedirle favores, es el Hijo de Dios; somos seguidores de Dios, estamos llamados e invitados a reconocer en Jesucristo nuestro Señor el punto clave, el centro de lo que nosotros consideramos la realidad, porque ese es el lugar que le corresponde a Dios y evitar la tentación a toda costa de convertirnos nosotros mismos en el criterio y parámetro de todo. No solamente de nuestra vida, sino de todo, es una gran tentación la que nosotros tenemos en el presente, porque como humanidad hemos llegado a dominar en buena medida la naturaleza y el ambiente en el que nos encontramos y vivimos vidas muy cómodas, poco nos sentimos amenazados en nuestra vida; nos sentimos muy protegidos y a veces puede perderse el piso.
Podemos llegar a pensar que nosotros somos la medida de todas las cosas, que todo debe ser como yo lo digo, etc. ¡no! si queremos iniciar como católicos, en este tiempo ordinario es importante escuchar el testimonio de Juan, ubicarnos, quienes somos nosotros los necesitados de redención, los necesitados de quien nos conduzca, los necesitados de quien nos salve; así comienza la vida cristina, escuchando el testimonio que nos dice: “Ahí está el Señor” y entonces ya nosotros tendremos la posibilidad completamente libre de poder decidir si te sigo o mejor me voy por otro lado.
No somos católicos por obligación, no somos católicos por tradición, cada uno de nosotros es católico porque acepta hacerse discípulo del Hijo de Dios.
Amén.
La Epifanía del Señor. 8 de enero de 2023

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Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo
Santa María, Madre de Dios. 1° de enero de 2023

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Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo