Misas Dominicales
de Mons. Salvador Martínez Ávila,
Vicario Episcopal de Guadalupe y Rector del Santuario
MAYO 2023
Domingo de Pentecostés, 28 de mayo de 2023

Audio de la Homilía
La Ascensión del Señor, 21 de mayo de 2023

Audio de la Homilía
VI Domingo de Pascua, 14 de mayo de 2023

Audio de la Homilía
V Domingo de Pascua, 7 de mayo de 2023

Audio de la Homilía
ABRIL 2023
IV Domingo de Pascua, 30 de abril de 2023

Audio de la Homilía

Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
En nuestros días, hermanos y hermanas en Cristo, existe una multitud de voces que pretenden dirigir la vida de las personas. Basta con que uno encienda el radio o la TV para comenzar a recibir muchísimos mensajes. Quien revisa su teléfono celular o su computadora igualmente está expuesto a muchas propuestas para orientar su vida. Pero es importante preguntarse ¿Todos ellos en verdad pueden garantizar su reclamo de conducirnos a la verdadera felicidad? Todos reclaman ser buenas propuestas, buenos pastores que si los seguimos y les brindamos nuestra confianza nos darán salud, paz, alegría, disfrute de la vida, pero ¿podemos realmente saber si son un “buen pastor”? Esto es a lo que se refiere Nuestro Señor Jesucristo cuando habla de aquellos que saltan por las bardas o se saltan la cerca del redil. Nuestro Señor Jesucristo también viene más de una vez en la vida a proponernos seguirlo y hacer de Él nuestro señor, considerarlo “nuestro buen pastor”. Viene por la puerta, toca con respeto a nuestra vida y nos pregunta si le permitimos entrar. No llega con una cantidad de sorpresas y novedades que apenas entendamos.
Él viene para recordarnos con voz calmada y apacible que somos creaturas de Nuestro Padre Dios y que nuestro destino definitivo más allá de esta vida es más importante que lo que nos suceda aquí en esta tierra. Él no necesita engañarnos con voces de éxito prematuro y fácil, al contrario, desde el principio nos recuerda que si queremos seguirlo hemos de cargar con la cruz de cada día, hemos de afrontar el peligro de ser rechazados por los hijos de este mundo. Reconocemos su voz porque nos dice la verdad de las heridas que han marcado nuestras vidas y no lo hace para burlarse de nosotros o para que nos deprimamos. Al contrario, Él viene a las partes más oscuras de nuestra historia para aplicar allí mismo el poder de su Cruz y su resurrección. Quien, seriamente, desea un cambio en su camino, dar el giro de una vida para morir a una vida para vivir eternamente sabe que Él es el guía y maestro que nos conviene porque dio su vida, se entregó a sí mismo, primero, por nosotros. Es verdad, muchas otras voces prometen grandes e inmediatos beneficios, pero reconocemos detrás de las hermosas palabras el vacío de la mentira. Precisamente por este sacrifico que realizó Jesús y que hace creíble su mensaje es que también el día de hoy usa la comparación con la puerta de las ovejas. Por medio de Jesús pasamos de la situación de reos a la situación de absueltos y libres; de la situación de condenados por el pecado cometido a la situación de hijos perdonados y coherederos de la vida verdadera. Aprovechemos, hermanos y hermanas, este liderazgo que nos ofrece el Señor, aceptémoslo como nuestro Señor y pasando por su muerte y resurrección accedamos a la alegría de los hijos de Dios destinados a la vida eterna.
Amén.
III Domingo de Pascua, 23 de abril de 2023

Audio de la Homilía
II Domingo de Pascua, 16 de abril de 2023

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Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor, 9 de abril de 2023

Audio de la Homilía

Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
Siempre en la Pascua me gusta mucho recordar la manera en que se saludaban los primeros cristianos… ¡Cristo ha Resucitado! era el saludo, y la respuesta ¡Verdaderamente ha resucitado y nosotros con Él!
A propósito de este saludo, me venía a la mente el recuerdo de cuántas veces uno se siente muy honrado, muy ancho, muy feliz, cuando uno resulta el hermano, el hijo, el tío de alguien que ha tenido un gran logro, uno se siente muy bien; me imagino que los que tienen hijos dicen ¡es mi hijo! orgullosos, sin embargo, la celebración que hacemos hoy de la Resurrección de Cristo no pretende nada más decir ¡es Jesús! ¡es mi amigo! que bien se siente uno… es mi amigo, Él resucitó; no es nada más eso, no es para contemplar, no es para decir… ¡Él afortunado y yo estoy cerquita de Él! Jesús dijo: si de eso se trata ¡no!, más dichosos los que escuchen mi palabra y la pongan en práctica, es decir, aquellos a quien ese acontecimiento que fue Él mismo, entra en todo lo profundo de su ser y entonces lo transforma; por eso el saludo de los primeros cristianos es muy hermoso, no basta con sólo saber que Cristo ha resucitado; lo más importante es ¡y nosotros con Él!
Precisamente en esa tónica quisiera yo retomar lo que escuchamos en la segunda lectura que leímos a los Colosenses “Hermanos, pongan toda su atención, su mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra, porque ustedes están muertos”, que cosa tan fuerte… y su vida está escondida con Cristo en Dios, cuando Cristo se manifieste, también la vida de ustedes se manifestará tanto la de Él como la de ustedes se manifestarán gloriosas; por lo pronto escondida, pero cuando Él se manifieste también nosotros ¡Gloriosos como Él! ese es el chiste, de eso se trata esta celebración, no solamente de decir yo soy católico y hoy resucitó, resucitó ¡no! yo también con Él, eso es lo más hermoso.
Esta exhortación que hace San Pablo tiene varias partes, varios pasos, el primero de ellos es esta frase dura, fuerte, pongan toda su mente en lo de arriba, no en lo de la tierra; porque ustedes están muertos… ¿Qué significa esto hermanos? algo muy parecido a lo que sucede cuando alguien se va a casar; ¿en que piensa un chica cuando se va a casar?, en los cuatro mil millones de hombres con los cuales no se va a casar, está pensando en que se los está perdiendo o piensa más bien en aquel con quien ella va a compartir su vida y que por eso está enamorada y que por eso se va a casar, igualmente un muchacho no piensa en los cuatro mil millones de mujeres que no va a tener, piensa en aquella a quien le va a entregar su vida y con la cual va a ser feliz, ¡en eso piensa cuando se va a casar! no piensan en otra cosa, aunque es verdad que los cuatro mil millones no van a ser la mía. Digamos unos años después… verdad que si hay que recordárselos, tu te casaste, tu te casaste y entonces este es tú único, tú única, tu lo escogiste y renunciaste a todos los demás.
San pablo, después de un tiempo que los colosenses ya habían optado por creer en Cristo se habían bautizado y todo eso, ¡ustedes están muertos ya!, en que sentido, ya están muertos para éste mundo, para aprovecharse de las cosas, para los señores de este mundo, esos no son los que ustedes escogieron. Pongan toda su mente, pongan toda su atención en lo de arriba, allí está la clave, no se distraigan, no se desanimen, no se dejen llevar, ¡están muertos para las cosas de este mundo! ahí es donde San Pablo retoma lo que es lo inicial… ¡ustedes están vivos con Cristo en Dios!
El siguiente paso de la exhortación es… nosotros tenemos que renunciar a algo por creer en Cristo ¡sí! tenemos que renunciar a todo lo que no viene del evangelio, a todo lo que no nos lleva a la vida eterna, hay que rehacerlo; pero también hay que optar, hay que centrar nuestra atención en Él , porque con Él y en Él hemos muerto para este mundo y nuestra vida está escondida.
Siguiente paso, vivir escondido con cristo en Dios … No se ha manifestado todo lo que significa y todo lo glorioso que implica ser cristiano, eso se habrá de notar, de ver plenamente cuando nosotros también con Cristo muramos; es así como Él nos ha invitado, en las apariencias pues algunos dicen que se trata de un grupo de gente débil, aborregada, que se la pasa limitándose y diciendo si esto es bueno, esto es lo otro…
Miren, es para mantenernos en la perspectiva de lo de arriba, abandonar lo de abajo para lanzarnos a lo que es de arriba según lo presenta San Pablo aquí en la segunda lectura; cierto el resultado final, aún no es del todo evidente, vivimos escondidos, no manifiestos, es la verdad, la gloria definitiva que irradia un cristiano en estos tiempos presentes, todavía no está totalmente manifiesta; pero no nos engañemos, no me dejarán mentir, no es lo mismo vivir junto a ladrones que vivir junto a gente honesta.
Quien vive junto a gente honesta, quien vive con una familia donde no se roban las cosas unos a otros, vive tranquilo, confiado, en paz; pues entonces hay cosas que si se ven, no son gloriosas, no son llamativas, no son para ser películas, pero si se siente, no es lo mismo vivir junto a personas respetuosas y nobles en la manera de obrar, que vivir junto a violentos y opresores, no es lo mismo vivir junto a gente que es prudente en el hablar, que vivir junto a chismosos, no es lo mismo y ahí si se nota aunque no haya mucha gloria.
Así pues hermanos, en este domingo de pascua, los invito a que el saludo de los primeros cristianos sea para nosotros una realidad, ¡Cristo a resucitado y yo con Él! su resurrección es algo que me afecta en lo más profundo de mi ser y le da un camino nuevo, un camino de plenitud, que no es glorioso en este momento, no lo es, que no se nota mucho en este momento ¡no! en lo cotidiano lo notan los que me traten.
Alabado sea Jesucristo.
Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, 2 de abril de 2023

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MARZO 2023
V Domingo Cuaresma, 26 de marzo de 2023

Audio de la Homilía
IV Domingo Cuaresma, 19 de marzo de 2023

Audio de la Homilía

Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
Estamos en el cuarto domingo de cuaresma y los tres primeros han insistido en la importancia que es para nosotros cristianos asumir a Jesús como Nuestro Señor, porque sólo con su ayuda, sólo con su gracia y siguiendo su ejemplo, podemos vencer las tentaciones que nos plantea el maligno.
Sólo reconociendo sus manifestaciones, en particular el testimonio que da Dios Padre, es como podemos seguirlo en el camino de la pasión, la cruz y la resurrección y como lo vimos la semana pasada, solo bebiendo del agua que Él nos da, surge de nosotros, nos convertimos en una fuente que salta para la vida eterna. Los tres domingos nos han llevado a reconocer a Jesús como nuestro Señor, sino lo asumo verdaderamente como tal, no puedo verdaderamente vivir la pascua.
En este domingo, se añaden dos elementos que son importantes:
El primero de ellos es que nuestra vida aún encontrándose en circunstancias de una humanidad pecadora, está inmerso en las manos providentes de Dios, un hombre que vive entre pecadores nace ciego, la enfermedad es una consecuencia del pecado, la privación de la vista es una enfermedad, por lo tanto la pregunta de los discípulos fue muy obvia, si el nació ciego, no pudo haber cometido pecados o fue en virtud de los pecados que iba a cometer cuando grande, ¿Quién fue, él o sus padres quienes pecaron?.
Bueno, Jesús aclara… es para que en él, a través de él, se manifiesten las obras de Dios y ¿Cuál es la obra de Dios que manifiesta Jesús a través de ese hombre? bueno, manifiesta que él ha venido a completar, a llevar más allá la creación de Dios, recuerdan como nos relata el libro del génesis que Dios hizo al hombre, tomó barro de la tierra, lo formó y le sopló, es así como nos narra el libro del génesis que creó Dios al hombre; por lo tanto, el hecho de que Jesús tomara barro, hiciera barro con su propia saliva, se lo untara en los ojos, está indicando que Jesús también va a realizar un signo de creación en ese hombre ¿y en que consiste este paso que va más allá? … de un hombre creado en un orden natural.
Jesús nos hace capaces, nos capacita para poder ingresar por nuestra capacidad de conocer en un orden “sobrenatural”, mirar el mundo como es, a partir del raciocinio, a partir de lo que nosotros podemos unir como causas y efectos; sino para verlo como Dios, nos invita y nos llama a interpretarlo y a verlo; es muy claro, ¿Qué veían los discípulos? ¡pecado!, ¿Qué ve Jesús? una ocasión providencial de la intervención de la obra de Dios.
El mundo sobrenatural, una característica muy importante, porque el Señor viene a nuestras vidas, también para realizar esa apertura, para realizar ese completar su obra creadora, no somos personas con un criterio puramente natural y si nos ceñimos solamente a ese criterio, estamos perdiendo lo más importante, Él ya nos ha capacitado para mirar las cosas sobrenaturalmente.
La segunda enseñanza que nos da, es consecuencia de aceptar a Jesús como Nuestro Señor y por supuesto de interpretar las cosas como Él, ¿Qué es lo que sucede cuando hemos aceptado a Jesús como Nuestro Señor?, recuerdan cuando vio Jesús que habían corrido, habían echado a ese hombre que había sido ciego, allí está la consecuencia, el pasar de un orden meramente natural a un orden sobrenatural en muchas ocasiones genera rupturas, persecuciones, situaciones adversas para quien decide tomar como criterio a Jesús el Señor; y entonces le sale al encuentro y le pregunta ¿crees tú en el hijo del hombre? ¿Quién es para que yo pueda creer en Él? estás viendo, Él es, entonces aquel hombre reconoce a Jesús como hijo de Dios, se postró y lo adoró.
Creer en el orden sobrenatural, asumir ese orden sobrenatural genera de parte de las autoridades la expulsión, tu eres puro pecado desde el principio ¡fuera! pero Jesús es el que lleva a este hombre a un nuevo éxodo, a un nuevo salir; lo echaron de la sinagoga, no te quedas sólo, no te quedas abandonado, aquí estoy yo para llevarte a otro nuevo camino, a otra nueva realidad, Jesús en este sentido, es un nuevo Moisés.
Ahora para nosotros esto nos da mucho que pensar, por nuestra mirada de fe, por nuestra mirada desde el punto de vista sobrenatural, por ejemplo: hay personas que han perdonado a quienes asesinaron a un familiar, la vista meramente natural ¡véngate, ojo por ojo, diente por diente! la vista sobre natural ¡no se gana nada, Dios sigue bendiciendo y Dios sigue siendo Padre del asesino! y a mí como hijo también del mismo Padre me invita a perdonar, hay más libertad, hay un bien mayor en perdonar a ese; esto sólo se ve con ojos sobrenaturales.
Solamente con la gracia de Dios podemos comprender lo que es verdaderamente bueno, por una mirada de fe una persona que se dedicaba a engañar y vivir en la mentira decide ya no puedo vivir más en esto, quiero vivir en la verdad ¡perfecto! el modo natural de ver ¡como te ven, te tratan! el modo sobrenatural de ver, a Dios no lo engañas, ni a ti mismo, mejor vivir en la verdad. En todo esto dosis de riesgo y ruptura, sabemos que personas, incluso familias que han decidido abandonar rutas de crimen organizado, han acabado muertos ¡si, muertos para este mundo! pero vivos para la vida eterna, porque ya no querían seguir viviendo en el asesinato y en el robo.
Por eso hermanos, le pido al Señor que nos conceda ver las cosas con mirada sobrenatural y una vez que hayamos tomado las decisiones y que estemos caminando en nuevas costumbres, nuevas formas de ser, tengamos el valor de afrontar las consecuencias e ir con Jesús en este nuevo éxodo.
Alabado sea Jesucristo.
III Domingo Cuaresma. 12 de marzo de 2023

Audio de la Homilía

Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo.
Llegamos ya al tercer domingo de cuaresma, después de haber considerado en los dos domingos anteriores, cómo Jesús es quien vence la tentación y no solamente para nosotros ese ejemplo; sino aquel que nos sostiene, aquél a quien nos tenemos que unir profundamente para vencer las tentaciones.
También el domingo pasado se nos daba a conocer, no es cualquiera, es el Hijo a quien hay que hacerle caso, es el centro de la historia, es el centro de nuestra historia, Él es el que irradia una gloria que nos hace sentir muy bien; porque también nosotros estamos llamados a esa gloria.
Ahora vamos a iniciar tres domingos leyendo pasajes del evangelio según San Juan que nos van a ayudar a profundizar, nos van a ayudar a consolidar esta relación con Jesús, y el día de hoy se nos presenta una mujer que podríamos decir… nada distinto, nada diferente con respecto a los hombres y a las mujeres de este mundo, una mujer ocupada, una mujer que no va a hablar de religión probablemente la habrán invitado sus hermanos samaritanos al monte Garizim a rendir culto y les habrá dicho: soy una persona tan ocupada, tengo tanto que hacer, que yo voy por el agua a otras horas, a la hora que nadie va porque soy una mujer tan ocupada, soy tan distinta, tan yo… aún a esas personas tan ocupadas, tan difíciles, les sale Jesús al encuentro.
¿Y de que empieza a hablar Jesús?… de las cosas más triviales, Jesús tiene una meta, un camino, cuando Dios se mete en nuestras vidas, al principio parece casualidad, parece que le dimos chance, pero Él tiene un camino, una finalidad; llevarnos a beber del agua que nos lleva a la vida eterna, y que esa agua fluya desde dentro de nosotros, la felicidad que ofrece este mundo siempre está afuera, ¿quieres sentirte bien en tus pies?, ahí están los zapatos especiales para que te sientas bien y seas el campeón, etc. puras cosas de fuera ¡no,no,no! La propuesta de Jesús es una fuente que hemana desde lo más profundo de nuestro ser para que vivamos en plenitud, que nuestra vida valga la pena.
Jesús y Dios mismo se proponen como aquel que le sale al encuentro, a los que no tienen tiempo, a los que no se juntan con nadie y allí en lo que le acepta platicar, allí lleva a la mujer a la apertura.
Si hubiera sido una persona totalmente lastimada, cerrada, no hubiera logrado nada el Señor, esta señora hubiera dicho: tú eres judío, yo soy samaritana, ¡cállate! ni me hables, ni me veas, una persona cerrada; pero no, esta persona dice: haber, dame de esa agua y ahí, en esa apertura, Jesús la lleva a la verdad, te voy a dar el agua, tráeme a tu marido, ahí está una verdad muy fundamental, si, la mayor parte de los intérpretes de este pasaje dicen… es un símbolo del pueblo samaritano porque varios siglos antes habían venido los asirios, habían arrasado esa región, habían deportado a los israelitas que adoraban a Dios ciertamente y habían traído cinco pueblos distintos con cinco dioses diferentes a habitar ahí y todos habían abandonado a sus dioses y habían tenido que creer en el Dios de los judíos.
Entonces dice: no tengo marido, si, tuviste cinco maridos, esos cinco pueblos con cinco Dioses distintos y ahora adoras al verdadero Dios, no es tu marido en la verdad, no ha sido tu historia, pero está bien, también la salvación se ofrece para los que tengan historias difíciles, a los que hayan caído, se hayan levantado, se hayan resbalado otra vez, Dios les dice: si hay oportunidad para ti, y ahí es donde empieza, cuando la persona entra en su propia verdad y es sincera, entonces empieza la cuestión religiosa.
Después de un ratito de estar platicando, ahora si vamos a hablar de cosas que son profundas… veo que eres profeta, ¿dónde, yo he visto, me he dado cuenta y Jesús asume, platica y responde con naturalidad al grado de que entonces ella ya no está hablando de cuerdas, de cubetas, sino del sentido, de la esperanza más profunda de su pueblo… sabemos que va a venir el mesías y va a poner las cosas en orden.
Una vez que se va, creo que me encontré al mesías y después de dos, tres días que se quedó Jesús para estar con ellos ¿cuál es la conclusión de los samaritanos? ya no creemos en lo que tú nos hayas dicho ¡eh! en lo que nosotros estamos seguros es que ya lo vimos, ya lo escuchamos, creemos que es el salvador del mundo.
¿Ven ese camino, ven ese proceso? acaba tocando lo más íntimo, lo más profundo de la vida para alcanzar la vida eterna.
Hermanos, ustedes dejaron muchas otras cosas que hacer, a lo mejor el paseo, la tele, la cama, muy bien, aceptaron a Jesús, aceptaron estar aquí, ¡aprovéchenlo, aprovechen a Jesús! Él es el agua viva, Él es el agua que nos lleva en primer lugar a conocer la verdad de nuestros rincones oscuros, mis mañas, mis manías, mis maldades, mis mentiras, las que me digo constantemente y las que a los demás les digo para que ellos me acepten…
Una vez que estamos ahí, no nos va a dejar ahí, dejemos que el Señor haga de nosotros mismos, de nuestro interior brote el agua que nos lleva a la vida eterna.
Alabado sea Jesucristo.
II Domingo Cuaresma. 5 de marzo de 2023

Audio de la Homilía
FEBRERO 2023
I Domingo Cuaresma. 26 de febrero de 2023

Audio de la Homilía
VI Domingo Ordinario. 19 de febrero de 2023

Audio de la Homilía
VI Domingo Ordinario. 12 de febrero de 2023

Audio de la Homilía

Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por elM. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo
Estamos en el sexto domingo del tiempo ordinario y desde el cuarto domingo, cuarto, quinto, sexto, comenzamos a leer o estamos leyendo continuadamente el “sermón de la montaña”, que abarca los capítulos cinco al siete del evangelio de San Mateo.
El primer domingo que leímos el sermón, leímos las bienaventuranzas… declaraciones, afirmaciones categóricas de Jesús “Dichosos aquellos que hacen esto, dichosos aquellos que se encuentran en estas circunstancias”.
El domingo pasado leímos la llamada de Jesús a hacer luz y sal de la tierra, tiene que ser una vida significativa de quien sigue a Jesús y este domingo, no hemos escuchado nuevas reglas o nuevas normas, ¡no! Nuestro Señor Jesucristo al hablar de no matarás, al hablar de no fornicarás o hablar de no jurar en vano o no levantar falso testimonio, o simplemente no usar la forma de juramento, esta retomando tres de los diez mandamientos que nosotros conocemos y que hemos aprendido como reglas básicas; estas vienen desde el antiguo testamento, Jesús al inicio de la lectura que escuchamos… No he venido a abolir nada ¡no! no vengo a poner o a quitar, vengo a llevar a plenitud, eso significa.
En contra de algunas interpretaciones que se hacían en los mismos tiempos de Jesús, Nuestro Señor Jesucristo no pone el acento en el cumplimiento externo, en lo que sucede nada más afuera, habían quienes interpretaban en tiempos de Jesús, que si uno golpeaba a otra persona, pero no la mataba, no había faltado contra el quinto mandamiento y bueno, pues si lo lastimaste, lo pudiste haber matado, no faltaste al quinto mandamiento, ¿estaba medio duro no?, en cambio Jesús, hace una transformación muy grande.
Hace la transformación que pone el acento no en lo externo, no en lo de afuera, sino en lo interno, la verdadera forma en que una persona puede ser feliz al cumplir un mandato como no matarás, radica en pacificar el corazón, pacificar la mente, de tal manera que uno mismo se encargue de procesar el enojo, una emoción negativa que me lleva a ser antagónico de otra persona… probablemente porque algo me hizo, puede ser, pero Jesús dice: “El primer ambiente de tu esfuerzo por no matar, es no enojarte o ese enojo no dejar que se convierta en un sentimiento de odio, de rencor, no permitir eso
Uno mismo debe controlar sus palabras, también lo dice al que insulte, uno mismo también tiene que moderar sus expresiones de no despreciar, lo mismo podemos decir de la práctica de la castidad, del respeto por la sexualidad de las otras personas, no se trata solamente de acciones o de palabras, el respeto inicia en la propia imaginación que es controlada, encausada; soy yo el que tiene que saber gobernar las fantasías.
Probablemente comprenderíamos mejor este estilo de interpretar los mandamientos de Jesús si en lugar de enunciarlos de manera negativa como la hacemos en los diez mandamientos, no matarás, no robarás, no cometerás adulterio, etc. los proponemos en forma positiva. En lugar de decir ¡no hagas!, tendríamos que pensar que, al no matar, le corresponde: Procurarás siempre, ser una persona que le procura vida a los demás, reconciliándote con ellos, pidiéndoles perdón si algo les has hecho, ese es el verdadero camino del discípulo de Jesús.
Al no fornicarás, correspondería: Respetarás siempre la intimidad de los demás, aún con tu propia imaginación, si alguien ya le prometiste que le vas a hacer fiel, ¡pues cúmplelo, esfuérzate por cumplirlo! no andes diciendo, el amor acaba, se volvieron cadenas lo que fueros cintas blancas… ¡no, no, no, no, no! No andes buscando afuera, lo que hay ya dentro en tu vida.
Al mandato de no jurar en vano, o no prestar falsos testimonios correspondería: Serás procurador de la verdad y tu palabra será confiable porque, así como digo sí, ¡así es! y cuando digo no, ¡no es! no pongas al cielo, no pongas a Dios, no pongas ni tus propios cabellos como testigos, no es verdad; pero eso se logra cuando mi forma de ser es confiable, es verdadera, es asertiva.
Las leyes tanto en el plano religioso, de nuestra fe, como en cualquier otro ambiente, no tienen como finalidad oprimirnos, de ninguna manera, hacernos tristes ¡no! tienen la finalidad de ayudarnos, a conducir nuestra vida, para convivir correctamente y así llegar juntos a la felicidad.
Alabado sea Jesucristo.
V Domingo Ordinario. 5 de febrero de 2023

Audio de la Homilía
ENERO 2023
IV Domingo Ordinario. 29 de enero de 2023

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Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo
Los primeros pasos dentro de este tiempo ordinario nos introducen en el Sermón de la Montaña que abarca los capítulos cinco al siete del evangelio de San Mateo. Por varios domingos estaremos leyendo este sermón. Hoy inicia con las bienaventuranzas. Las bienaventuranzas pertenecen a la literatura sapiencial y son el medio para declarar la bondad de alguna costumbre o de alguna situación.
El libro de los salmos comienza con una bienaventuranza: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados…” (Sl 1,1). Lo contrario a las bienaventuranzas son “los ayes” que declaran la desgracia de alguna costumbre o de alguna situación. San Mateo nos presenta ocho bienaventuranzas entre las cuales encontramos costumbres positivas como: el ser mansos, ser misericordiosos, ser limpios de corazón o hacedores de paz.
También encontramos algunas que no son costumbres sino circunstancias: ser perseguidos por causa de la justicia, estar llorando, tener hambre y sed de justicia. Por último, una puede tener doble valor como costumbre o circunstancia: el ser pobres de espíritu. La declaración de bienaventuranza supone que algunas costumbres o circunstancias, aunque parezcan negativas no lo son a la larga y producen un efecto positivo.
El efecto positivo que se repite por dos veces es heredar o poseer el reino de los cielos; una promesa muy cercana a esta es que la recompensa será grande en el cielo. Los demás efectos tienen cierta relación con la virtud practicada: a los mansos se les promete heredar la tierra, a los pacíficos el ser llamados hijos de Dios; Los limpios de corazón verán a Dios.
Para los que lloran y para los que tienen sed de justicia se promete que esto no será para siempre pues los primeros serán consolados y los sedientos serán saciados. El evangelio de San Lucas también nos presenta un grupo de bienaventuranzas, pero todas ellas establecen una distancia entre el presente deficiente o de sufrimiento y el futuro definitivo de gozo.
Esto San Mateo no lo presenta con tanta fuerza, ciertamente el presente implica esfuerzos o circunstancias adversas y estos no son para siempre. Para concluir podemos tomar alguna de las bienaventuranzas y tratar de poner manos a la obra, para practicar la virtud correspondiente o cambiar nuestras actitudes con respecto a las circunstancias adversas que enuncian. Llorar o sufrir persecución no son cosas deseables, pero detestarlas o evadirlas a toda cosa tampoco resulta sabio. Hagamos caso a Jesús el nuevo Moisés el legislador de la Nueva Alianza. Amén
III Domingo Ordinario. 22 de enero de 2023

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Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo
La semana pasada hermanos y hermanas que celebramos el segundo domingo del tiempo ordinario, escuchábamos el testimonio de Juan Bautista que decía: “Jesús es el Cordero que quita el pecado del mundo, es la luz, es la buena noticia”.
Y precisamente retomando ese testimonio de Juan Bautista, el día de hoy escuchamos del evangelio Según San Mateo, como Jesús, palabra eterna del Padre se hace una palabra viviente, el mismo se va acercando, se va haciendo presente a través de su actividad y lleva la buena noticia. Quisiera yo reflexionar con ustedes, las distintas actividades que Jesús fue realizando al inicio de su predicación evangélica para que saquemos también nosotros un provecho espiritual de ellas…
La primera, es que Jesús cambió de lugar de residencia, había vivido en Nazaret, un pueblo de montañas, escondido y muy pequeño y se va a vivir a las orillas del lago de Tiberiades, del lago Genesaret, a una población llamada Cafarnaúm, esta población era muy populosa, un lugar de paso, de las caravanas que transitaban desde Egipto, hacia Siria, hasta Damasco particularmente, la capital de Siria. Así es que era un lugar de mucho movimiento, allí Jesús no solamente se traslada a vivir ahí; sino que inmediatamente que llega a ese lugar, hace amigos, hace personas o entabla relaciones con personas muy bien identificadas.
Son dos pares de hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo y Simón Pedro y Andrés; personas con las cuales Jesús va a entablar un caminar, una relación cercana, muy fuerte que se va convirtiendo en un amor profundo entre discípulos con el maestro, y el maestro con sus discípulos.
La siguiente actividad de la que nos habla el evangelio el día de hoy, es que Jesús entraba a las sinagogas, a las asambleas de oración y allí anunciaba la buena noticia de la cercanía, de la llegada del reino de Dios, a aquellas personas que estaban a su alrededor e iba enseñado, pero no se quedó solo en Cafarnaúm; sino que también se fue otras poblaciones y hacía lo mismo. Todos sabemos que Jesús no solamente predicaba, hablaba; sino que esto iba acompañado de unos milagros o acciones poderosas de expulsión de demonios.
Una vez que tenemos este panorama que nos presenta el día de hoy el evangelio Según San Mateo, quisiera proponerles algunas líneas de actualización con lo que hemos visto: La primera cosa que me parece importante considerar es ¿cómo en la vida de Jesús se marca con toda claridad un cambio de etapa de vida? ya dejó de ser aquél montañés, aquel hombre que vive en una población chiquita para presentarse en otro lugar y que cambia radicalmente de actividad, deja de dedicarse a la carpintería, a la construcción, para dedicarse ala predicación.
En nuestra vida también hay etapas, y esto hay que tenerlo considerado seriamente, imagínense que un chico que se casa, quiera seguir viviendo como soltero… no,no,no, a mí no me digan nada de deberes propios del matrimonio, yo voy a seguir… ¡no, ya cambiaste! incluso te tienes que cambiar de casa, tienes que irte a vivir a otro lado y entonces empiezas a tener otro tipo de obligaciones, tu vida ya no puede ser nada mas para ti mismo, ya no puedes tomar decisiones así como así, hay que preguntar, hay que consensar, hay que llegar a acuerdos por el bien de la familia que fundaste; eso a veces no se nos quiere dar, pero en la vida de Jesús también fue así, Él asume que ya ha cambiado la vida, la etapa de Nazaret acabó, viene la etapa de servir, la etapa de ser el ungido por el espíritu para llevar la buena noticia.
Esta primera característica vale la pena considerarla, igualmente para las etapas en las cuales ya dejamos de tener la batuta en la mano y bueno, hay que tener el bastón, ni modo, hay que aguantar, es difícil y doloroso ¡sí! pero en la vida hay etapas…
La siguiente es que nuestra vida, así como la de Jesús puede ser una hermosísima buena noticia, pienso yo que a todos nos sucede cuando nos dicen “va a venir fulanito, va a venir el señor fulanito que si es una persona con la cual tenemos buen trato, es una persona amable, generosa, de buen carácter, decimos ¿a que hora va a llegar, para que yo también esté? para pasar a saludar, etc. pero que tal cuando se trata de una persona toxica, que mete chismes, que trae problemas; ¿a que hora va a venir? para no estar… ¿no es verdad?
Jesús se vuelve una buena noticia, no solamente de palabras, a donde pasaba hacía el bien, esto es una excelente oportunidad que nos da el Señor, convertirnos en una bonita palabra que se fija en las cosas buenas, en las cosas positivas, que está buscando la paz, la alegría, la armonía… que hermosa es una vida así, se vuelve una buena noticia; triste cuando solamente sacamos lo agrio, en todos lados tenemos algo que decir negativo.
Yo creo que Jesús lo supo muy bien, ¿Qué está esperando la gente de mi?, pues que sane, que libere a un enfermo, libere también a un pecador de sus pecados y a un endemoniado del demonio; nuestra vida puede ser una excelente noticia y no conformarnos con el núcleo chiquito de mi casa, Jesús tuvo la oportunidad de ser famoso y ser muy bien aceptado en Cafarnaúm, pero se los dijo a sus discípulos: “No me puedo quedar solamente aquí, tengo que ir también más allá”.
En esta etapa que es un cambio de época tan fuerte, creo que podemos preguntarnos, ¿Por qué estamos teniendo un cambio de época?, la verdad cuando las épocas son florecientes, pujantes, positivas, no tienen porque cambiar, pero si estamos en un cabio de época, es porque hay muchas señales de decadencia.
No me puedo ir a esconder con mi bondad, hay que hacerle como Jesús, puedo ir un poquito más allá, me tienen que importar también los demás.
Alabado sea Jesucristo.
II Domingo Ordinario. 15 de enero de 2023

Audio de la Homilía

Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo
Regresamos a partir de este domingo al tiempo ordinario, a los domingos del tiempo ordinario y como es propio de este tiempo, el color verde nos indica que somos pasajeros, que estamos en camino, en un proceso de maduración como discípulos, como testigos de nuestro Señor Jesucristo.
En la lectura que acabamos de escuchar del evangelio según San Juan, vemos en que consiste el inicio de nuestro caminar cristiano… Ninguno de nosotros es cristiano, católico por obligación, ninguno de nosotros es católico por pura tradición, como si el hecho de haber nacido en México, en esta época, en esta etapa de la historia nos forzara a ser católicos ¡no es así!
El inicio de toda vida cristiana esta radicada, fundamentado en un testimonio, en un acto de comunicación que hace otra persona hacia nosotros y entonces nosotros escuchamos, nosotros vemos, nosotros tocamos y esto es precisamente lo que nos da el evangelio según San Juan en este día. El testimonio de Juan Bautista, lo que dijo a propósito de Jesús… Viéndolo venir dice: “Este es el cordero de Dios” y más aun dice: “Es aquel sobre quien yo vi que bajaba el Espíritu Santo y se quedaba en Él”, no lo conocía, pero el que me envió a predicar me dijo que aquel sobre el que bajara el espíritu santo y permaneciera, ese es el que bautiza con el espíritu santo; es el testimonio de Juan y concluye con la frase más importante de todas “Doy testimonio de que este es el Hijo de Dios”.
De este testimonio, quisiera retomar dos cosas importantes:
La primera es la integridad, la honestidad de Juan Bautista con respecto a quien es él y con respecto a quien es Jesús; cuando enviaron las autoridades de Jerusalén a preguntar a personas quien era Él, a pesar de que era muy famoso, a pesar de que mucha gente le hacía caso y le estaba otorgando una gran autoridad, Juan dio testimonio “Yo no soy el Mesías”, entonces eres Elías, ¡no soy Elías!, entonces eres el profeta, ¡no! ¿entonces quién eres para que podaos llevar una razón?, yo soy la voz que clama en el desierto, preparen los caminos del Señor.
Una persona íntegra, honesta, que sabe los límites, a pesar de que más de una vez sintió la tentación al oír como la gente le respondía, como las personas se convertían en su predicación, no pocas veces habrá sentido la tentación de decir “yo soy el elegido” ¡no! no cae en esa tentación, sino que está atento hasta que sucede sobre Jesús baja el espíritu santo, ahí está el cordero de Dios; un hombre íntegro, un hombre honesto, una persona que permanece siempre con los pies en la tierra, que por muchos éxitos que tenga, que por mucho que lo sigan, siempre sabe quien es.
El segundo elemento importante que pienso que podemos sacar de esto es, como a nosotros hoy en este inicio del tiempo ordinario, en este comienzo del año litúrgico se nos dice con toda claridad ahí está Jesús y Él no es nada más una buena persona, no es nada más un profeta, no es nada más alguien a quien pedirle favores, es el Hijo de Dios; somos seguidores de Dios, estamos llamados e invitados a reconocer en Jesucristo nuestro Señor el punto clave, el centro de lo que nosotros consideramos la realidad, porque ese es el lugar que le corresponde a Dios y evitar la tentación a toda costa de convertirnos nosotros mismos en el criterio y parámetro de todo. No solamente de nuestra vida, sino de todo, es una gran tentación la que nosotros tenemos en el presente, porque como humanidad hemos llegado a dominar en buena medida la naturaleza y el ambiente en el que nos encontramos y vivimos vidas muy cómodas, poco nos sentimos amenazados en nuestra vida; nos sentimos muy protegidos y a veces puede perderse el piso.
Podemos llegar a pensar que nosotros somos la medida de todas las cosas, que todo debe ser como yo lo digo, etc. ¡no! si queremos iniciar como católicos, en este tiempo ordinario es importante escuchar el testimonio de Juan, ubicarnos, quienes somos nosotros los necesitados de redención, los necesitados de quien nos conduzca, los necesitados de quien nos salve; así comienza la vida cristina, escuchando el testimonio que nos dice: “Ahí está el Señor” y entonces ya nosotros tendremos la posibilidad completamente libre de poder decidir si te sigo o mejor me voy por otro lado.
No somos católicos por obligación, no somos católicos por tradición, cada uno de nosotros es católico porque acepta hacerse discípulo del Hijo de Dios.
Amén.
La Epifanía del Señor. 8 de enero de 2023

Audio de la Homilía

Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo
Santa María, Madre de Dios. 1° de enero de 2023

Audio de la Homilía

Texto de la Homilía
Homilía pronunciada por el M. Iltre. Sr. Canónigo Mons. Salvador Martínez Ávila, Vicario Episcopal de Guadalupe, Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, Presidente del Cabildo